Los óxidos de hierro han sido utilizados desde tiempos prehistóricos. Los seres humanos de la prehistoria recolectaban minerales de la tierra, los trituraban y pulverizaban para obtener polvo, y luego mezclaban el polvo con diferentes sustancias para crear pigmentos orgánicos y utilizarlos como pinturas. Estos pigmentos se aplicaban a diversas superficies, incluyendo paredes de cuevas, para crear arte rupestre y decoración.
Uno de los principales componentes en las pinturas es el mineral hematites, mineral compuesto de óxido férrico, cuya fórmula es Fe2o3.
Los pigmentos orgánicos, que se encuentran en la naturaleza tienden a ser menos estables que los sintéticos, ya que son sensibles a la luz UV, lo que puede causar decoloración o desvanecimiento con el tiempo.
En cambio, los pigmentos inorgánicos, diseñados para mejorar las propiedades y la durabilidad, son resistentes a la luz, a las condiciones ambientales adversas y a los álcalis del cemento. Por esta razón, se prefieren para aplicaciones que requieren una alta estabilidad y durabilidad, como en la construcción y la pintura exterior.
Al elegir pigmentos para mezclar con cemento, mortero y hormigón es importante seleccionar aquellos diseñados específicamente para aplicaciones de construcción. Los pigmentos inorgánicos SC Pigments se formulan para garantizar la estabilidad del color y la compatibilidad con los materiales cementosos.